¿Acaso fuiste real o tan sólo eras un desalmado invento de mi suicida
imaginación?
¿No sientes acaso, primorosa dama de enigmática belleza, allá en tu reino de
sirénicas pesadillas y oníricos paraísos... que el tiempo se desvanece como si
fuese un fluido lánguido?
¿Fuiste real o tan sólo es esto un soliloquio sensual con mi imaginación?
¿Cuándo lograrás sonreír sin picardía y sin mentira, lejos de los atavíos de
antifaces y mascaradas dignas de Hollywood?
¿Acaso existirá algún mortal a quien brindes tu preciado secreto?, ¿habrá en
ti aún algo de inocencia para confiar sin tapujos todos tus vicios, adicciones
y obsesiones?
Espero impaciente que logres escucharme en mis siempre irracionales
conversaciones... ¿responderás esta vez ante mi creciente insensatez?... ¿acaso
osarás darme el placer del terror al responder mi llamado, espectro
incorpóreo?...
Mi querida ánima de hueca mirada invernal, confieso ser consciente de las
arenas de cronos... sé que siguen su rumbo… imperturbables… mientras nos
desvanecemos como los ínfimos granos de arena en el desierto que les nutre, y a
medida que nos sumergimos en su implacable profundidad vuestro vestigio mental
se marchita, convirtiéndose en una borrosa mancha difícil de observar, difícil
de armar... como si fuese parte de un hálito que se esfuma... como un sueño que
tal vez nunca sucedió.
¿Acaso fuiste real o tan sólo eras un desalmado invento de mi suicida
imaginación?
¿Acaso en mi evidente locura te vi como la proyección de mis más recónditos
apetitos en forma de ninfa irresistible?
Sin previo aviso cualquier detonante de imprevisto te invoca...un fantasma
con amorfa presencia ante mí... y en tu visita inesperada transcurren
incontables segundos... en momentos me coloca en un espacio sin bordes ni
barreras, una prisión invisible... y parece que la infinidad se resume en el
vacío que nos llena a todos, ese denso ardor que quema y perfora superficies
pectorales, que añade pesadez al respirar, que ahoga al inspirar aires
nauseabundos y palpitares mecánicos...
En ocasiones vibro e intento resistir la quietud... y me percibo como parte
de un trágico circo en donde las funciones resultan insípidas y
repetitivas... como si tan sólo fuésemos marionetas en un teatro de mal
gusto, marionetas cuyas cuerdas son tiradas por nuestros más oscuras aficiones,
desviaciones, defectos y excesos...
Somos los entes condenados a la existencia de quienes buscan
comprender...marionetas de todo aquello que escapa de nuestro conocimiento y
poder, y marionetas de todo aquello que somos, marionetas de sueños y recuerdos
infames en mundos inexistentes... Títeres de una realidad que nos envuelve aún
sin nuestra participación.
Hoy comprendo y siento complicidad con los entes ruines que tanto castigan
figuras de autoridad impuestas... en mis desventuras he sonreído y sentido en
rostros lúgubres de hombres perversos su infinita tristeza, y veo en los
villanos y los monstruos, en los proscritos y los ruines... en los viciosos y
los prohibidos... en todos ellos me veo reflejado... conozco sus luchas, sus
agonizantes ojos de fuego...
Ígneas miradas sin rumbo, consumiéndose como estrellas a punto de
implosionar...
Y siento un inconmensurable amor por la maldad que tanto nos reprochan...
somos todos pecadores horribles conviviendo en infiernos variopintos,
degustando las mieles de nuestros venenos.
¿Acaso comprenderás algún día que te compartía mis rincones más oscuros sin
intención de ser reprochado o juzgado porque veía en tus ojos mi propia mirada,
y ansiaba que transitaras conmigo por tan ruines parajes?...
¡Sospeché
que era a todas luces aquello que se niega u oculta, que permanece en la
sombra, en el desconocimiento, como el crimen que tanto ansían las víboras!,
¡oh cuán claro me resulta ahora comprender que nuevamente era tan sólo un manjar
tentador!... más pensaba en mi estúpida ilusión que dos seres rotos podrían
acomodar sus esquinas lasceradas para formar un rompecabezas menos macabro...
Y ahora, día tras día...es mayor mi desconocimiento... observo al espejo y
encuentro que la bestia que me observa es cada vez más extraña, casi tanto como
la sombra que me abraza... pues eres cada vez más lejana e intangible, y tu
olor es el del mundo mismo...tu mirada es la de miles, tu voz es el susurro de
los bullicios ininteligibles... y tu ausencia es la única compañía que me
brindas.
y me pregunto nuevamente:
¿Tan sólo eres el eco de mi propia demencia... mi masoquista, viciosa,
incansable pesadilla?
¿Acaso fuiste real o tan sólo eras un desalmado invento de mi suicida
imaginación?
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GuTs!