Con el tiempo, en su continua demolición...el ente comprende que todos los humanos son seres patéticos e indefensos ante ese monstruo que llaman amor, pues es multiforme y se mimetiza con sus múltiples rostros, bajo tantos nombres que tan sólo son el eco de las adicciones y vicios... que vistos bajo el lente del vago y del inquieto son reflejos multicolor de un negro vacío... tan incómodo como reconfortante... como la noche misma, como la penumbra en la que reposan los que no logran descanso, como la calma de los que no tienen paz, como el dolor de quienes conocieron la felicidad.
Y es en la ausencia que reconocemos cuán similares somos los primates necios, tan lampiños e incautos, tan egoístas y masoquistas... y cuán claro es el flujo de los elementos... y así como el agua traslúcida que recorre cuerpos sucios... el licor y la poesía recorren recipientes dañados... bajo versos y frases lejanas en distancias y tiempos indefinidos todos los idiotas alzan la copa... y brindamos pues por instantes compartimos mesa con viejos amigos, todos desconocidos...todos viejos conocidos... todos tan muertos como presentes, dispersos en las propias ausencias... salud, mis queridos Bukowski, Sartré, Baudelaire y Poe... brindamos por nuestros excesos y límites ante la nada, todos asqueados y desconocidos ante mundos y universos que intentamos comprender, sin siquiera conocer los confines de nuestra insensatez.
Citemos a un canalla mucho más valiente y admirable, pues todos los extraviados y abandonados le debemos una copa... pues todos escribimos a quienes habitan el pensamiento aunque no habiten nuestro espacio...
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GuTs!
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