Lánguido y nocturno es el insomnio de quien busca pistas para recobrar un tesoro ajeno e inexistente... vagabundo sin vigilia, muerto en vida... vacío e infame, una bestia herida y sin escape... intenta huir de sus laberintos pero sólo se adentra en ellos, pues sin siquiera un rumbo fijo, todo es como un océano de brea, como un mar de dudas... sin saber qué fué lo olvidado, sin conocer lo perdido, en la vorágine del autófago.
Los ecos de tiempos distantes suenan como murmullos ajenos, y las visiones futuras sólo parecen borrosos espectros, todo fluye sin aparente vigor pero con mortal fuerza, pues quien es extranjero aún en su piel sólo transita túneles que no permiten vislumbrar inicio o fin.
Desgarradora es la atroz navaja de quien grita en silencio, con lamentos indescifrables y no natos, pues son como fetos abortados antes de ser siquiera imaginados.
Lánguido y nocturno es el insomnio de quien busca pistas para recobrar su camino, pues el eterno extranjero es náufrago perpetuo aún en sus propios dominios, atesorando algo que nunca poseyó, añorando algo vano, viéndolo todo sin poder apreciarlo, callando aquello que no sabe cómo exclamar, en un trance terrible y continuo, un reo que desea escapar de la realidad... como quien vive una pesadilla densa, como quien yace bajo tierra en una tumba desconocida.
Sombrío y lánguido el insomnio en la eterna penumbra de quien busca pistas para recobrar un tesoro ajeno e inexistente.
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GuTs!
