En ocasiones me encuentro distante hasta de mí... y siento el tiempo pasar a
un ritmo casi imperceptible... he muerto tantas veces que me pregunto si la
existencia es un constante devenir de inquietudes y malestares pasajeros, de
pesadillas alegres y tristes fiestas...
No tengo certeza sobre mi vigilia o sueño, me pregunto si tan sólo soy una ilusión de algún soñador torpe e ingenuo, y cuando la penumbra de la noche cobija con su calmo abrigo sucumbo ante la paz del silencio y la sobrecogedora soledad... una comisura se asoma y la sonrisa se dibuja en un rostro irreconocible, pues ni mi sombra parece ser mía...
Mis pasos percibo como si fuesen tan sólo movimientos en breas intangibles, como si caminar tan sólo fuese dar vueltas en un espacio sin dimensiones, como si flotara y diese giros sin avanzar...
Siento que aún las esquinas más olvidadas recuerdan historias secretas, y cuando me encuentro con ellas quiero que me relaten algunas...pero sólo se presentan susurros casi imperceptibles de tribunales ruidosos con chillidos y sentencias...
Y es gracioso cómo las peripecias de la vida nos hacen una burla trágica...tan bella y sublime como la más decadente de nuestras pasiones...
En ocasiones converso con difuntos que han partido a otros universos, tan desconocidos como los laberintos de galaxias sobre las cuales no tenemos conciencia... y sonríen mientras me escuchan contar todas las alegrías que no compartimos... y por instantes me siento un tanto menos extraño, sus fantasmagóricas visiones me reconfortan... y los abrazos inexistentes me hacen sentir un poco menos irreal, un poco menos muerto.
Y cuando las carcajadas fluyen y las conversaciones se prolongan...de tajo recuerdo que estoy en los confines de mí... que las palabras no han traspasado distancias... que todos aquellos en quienes depositaría toda mi alegría no son reales... y me percibo un tanto más extraño y loco al saber que ninguno existió, y aun así... les amo y sonrío... con la más cálida, profunda y honesta sonrisa...aún quisiera conocerles pues tan sólo me dejaron sus máscaras irrompibles...
Y me encuentro en los límites de esta infinita mazmorra... deambulando como un velero sin rumbo... pues como un océano sin fin bajo el horizonte que escupe su luz incansable, me encuentro en casa... como el inerte cuerpo en su tranquilo féretro solemne... como los somnolientos cadáveres que descansan en sus lechos...
Hogar...dulce hogar.
No tengo certeza sobre mi vigilia o sueño, me pregunto si tan sólo soy una ilusión de algún soñador torpe e ingenuo, y cuando la penumbra de la noche cobija con su calmo abrigo sucumbo ante la paz del silencio y la sobrecogedora soledad... una comisura se asoma y la sonrisa se dibuja en un rostro irreconocible, pues ni mi sombra parece ser mía...
Mis pasos percibo como si fuesen tan sólo movimientos en breas intangibles, como si caminar tan sólo fuese dar vueltas en un espacio sin dimensiones, como si flotara y diese giros sin avanzar...
Siento que aún las esquinas más olvidadas recuerdan historias secretas, y cuando me encuentro con ellas quiero que me relaten algunas...pero sólo se presentan susurros casi imperceptibles de tribunales ruidosos con chillidos y sentencias...
Y es gracioso cómo las peripecias de la vida nos hacen una burla trágica...tan bella y sublime como la más decadente de nuestras pasiones...
En ocasiones converso con difuntos que han partido a otros universos, tan desconocidos como los laberintos de galaxias sobre las cuales no tenemos conciencia... y sonríen mientras me escuchan contar todas las alegrías que no compartimos... y por instantes me siento un tanto menos extraño, sus fantasmagóricas visiones me reconfortan... y los abrazos inexistentes me hacen sentir un poco menos irreal, un poco menos muerto.
Y cuando las carcajadas fluyen y las conversaciones se prolongan...de tajo recuerdo que estoy en los confines de mí... que las palabras no han traspasado distancias... que todos aquellos en quienes depositaría toda mi alegría no son reales... y me percibo un tanto más extraño y loco al saber que ninguno existió, y aun así... les amo y sonrío... con la más cálida, profunda y honesta sonrisa...aún quisiera conocerles pues tan sólo me dejaron sus máscaras irrompibles...
Y me encuentro en los límites de esta infinita mazmorra... deambulando como un velero sin rumbo... pues como un océano sin fin bajo el horizonte que escupe su luz incansable, me encuentro en casa... como el inerte cuerpo en su tranquilo féretro solemne... como los somnolientos cadáveres que descansan en sus lechos...
Hogar...dulce hogar.
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GuTs!
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