En el cénit nocturno se alza gélida la pálida tez del astro al cual aúllan los canes mayores, y en su muda compañía resuenan los cánticos de miles de bestias, como un coro incomprensible, como un horror indescriptible, uno que sólo su majestuosa divinidad comprende, pues es ajena al ir y devenir de las vidas que le observan curiosas, como felinos maravillados ante una maravilla cósmica...como entes inconscientes en busca de luz que brinde un rumbo en su infinita oscuridad, como el reconfortante beso de las susurrantes atrocidades, como el terrorífico abrazo fantasmal que cobija a los solitarios plácidos en su penumbra...
Los cielos tras las espumosas formas abren sus telones para oficiar teatrales espectáculos en esféricas maravillas que yacen en la lejanía del altar inpalpable... como un regalo de una vieja amiga, como la mirada vigía de una confidente... como el néctar del cual liban los lunáticos que perciben en su impoluta presencia la inmensidad del cosmos que contrasta con la fragilidad de la existencia...
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GuTs!
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