Quien siempre ha sido miope o ciego desconoce en cierta medida su nula o poca visión, y al desconocer los colores no puede extrañarlos, al desconocer las formas visuales no podrá ser engañado por ilusiones ópticas... mientras que aquel que de manera opuesta observa el espectro visible humano es ciego ante la oscuridad de quien no puede percibirla.
Intentar vestir la piel que no podemos sentir es intentar superar las barreras de la propia percepción... y aún intentándolo sólo nos da una pequeña degustación del sabor ajeno.
Nadie luchará las batallas propias... y sólo nos queda agradecer a quienes nos acompañan desde su también bombardeado campo de guerra... pues con el tiempo sólo reafirmo mis sospechas y delirios: somos fragmentos rotos intentando a cada segundo improvisar de la mejor manera para sobrevivir todo lo que podamos.
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GuTs!
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