Y así, tras un tiempo un tanto indeterminado hasta el más lúgubre de los entes perdidos en la penumbra de abismos desconocidos logra redescubrir los pequeños instantes y maravillas que brindan sorpresa a todo anciano con alma de niño... El espectro multicolor del firmamento distante... ese camino festivo de vivas tonalidades cruzando el horizonte... y si un arcoíris tiñe los cielos marcando también una sonrisa en la tez... hasta el más herido de los condenados halla excusas para permitirse respirar sin cargar el peso de sus penurias.
Los duendes no sólo son incendiarios, no sólo incitan la hostilidades...también guardan tesoros tras los senderos multicromados...
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GuTs!
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