Tiempo incierto de hiel amarga y mezquina,
que embriaga el alma con inevitabilidad mortecina...
Añoro al pasado y el futuro desconocido...
Al pasado en donde no había sopor retorcido
Al futuro lejano en donde he desaparecido
Al sonido olvidado de su palpitar vencido
Ansío el sabor del dolor evaporado
y al desconocido que será su ser amado
envidio a los niños que juegan inocentes
sin pensar en sentimientos inclementes
Recuerdo el pasado que no le incluía
y al posible futuro en que permanecía
Envidio a quienes con júbilo cantan
festejan sin amargura y danzan...
Envidio a los lujuriosos y bebedores
a monstruos, mentirosos y jugadores
A los señores del hampa y el desdén
pues viajan a gusto en un retorcido tren
hacia rumbos malditos del sendero infernal...
Malignos Embriagados en su espiral mortal
Dichosos celebran vivir su condena
y a su paso arrastran su cadena
mientras marca a los incautos y timados
a los insensatos ingenuos y enamorados.
En contraste odio saber con ácida tranquilidad:
Quienes brillan con la luz de su bondad...
Condenados están a sufrir su realidad
Hoy envidio a los bohemios amorales,
y su itinerario de instintos animales...
a quienes sin dudarlo abrazan el suicidio
bebiendo y disfrutando sin fastidio.
Hoy ruge el silencio y abraza el vacío,
me arrulla el cántico de las criaturas nocturnas
en requebrajadas sendas de vetas ancianas
me pierdo en laberintos hasta el hastío
Y en solemne levedad transito la vía oscura
que aquellos incautos aceptan con locura.
Locura de quienes se hunden en bellas palabras
Locura de quienes alimentan ilusiones macabras
En los campos verdes sólo el fúnebre presagio...
Pues reiteradamente me precipité al naufragio.
Y aunque las estrellas difuntas adornan el cielo
Sólo veo en ellas muerte y frío como el hielo.
Cansado de la vastedad del existir
Exhausto de su nauseabundo...cáustico elixir
Comprendo con enajenación y sinsabor
las razones del autoflagelo devastador.
Cruel maquinación perpetua que retoca insesante
Así es el martillar del pensar para el quijotesco amante.
En un tiempo ajeno como un juglar perdido
bufonescos cánticos dedica al sueño querido.
En macabros y punzantes sonetos volátiles
Honra de su musa las inspiradoras curvas gráciles
Mientras en su patética marcha un mensaje resuena
Sin piedad aquello que ignoraba aún Truena:
Quienes brillan con la luz de su bondad...
Condenados están a sufrir su realidad
Pues la existencia es neutra y sencilla
Pero no es justa ni se amasa como arcilla.
Tiempo incierto de hiel amarga y mezquina,
que embriaga el alma con inevitabilidad mortecina...
--Gustavo Sierra Hernández--
Al pasado en donde no había sopor retorcido
Al futuro lejano en donde he desaparecido
Al sonido olvidado de su palpitar vencido
Ansío el sabor del dolor evaporado
y al desconocido que será su ser amado
envidio a los niños que juegan inocentes
sin pensar en sentimientos inclementes
Recuerdo el pasado que no le incluía
y al posible futuro en que permanecía
Envidio a quienes con júbilo cantan
festejan sin amargura y danzan...
Envidio a los lujuriosos y bebedores
a monstruos, mentirosos y jugadores
A los señores del hampa y el desdén
pues viajan a gusto en un retorcido tren
hacia rumbos malditos del sendero infernal...
Malignos Embriagados en su espiral mortal
Dichosos celebran vivir su condena
y a su paso arrastran su cadena
mientras marca a los incautos y timados
a los insensatos ingenuos y enamorados.
En contraste odio saber con ácida tranquilidad:
Quienes brillan con la luz de su bondad...
Condenados están a sufrir su realidad
Hoy envidio a los bohemios amorales,
y su itinerario de instintos animales...
a quienes sin dudarlo abrazan el suicidio
bebiendo y disfrutando sin fastidio.
Hoy ruge el silencio y abraza el vacío,
me arrulla el cántico de las criaturas nocturnas
en requebrajadas sendas de vetas ancianas
me pierdo en laberintos hasta el hastío
Y en solemne levedad transito la vía oscura
que aquellos incautos aceptan con locura.
Locura de quienes se hunden en bellas palabras
Locura de quienes alimentan ilusiones macabras
En los campos verdes sólo el fúnebre presagio...
Pues reiteradamente me precipité al naufragio.
Y aunque las estrellas difuntas adornan el cielo
Sólo veo en ellas muerte y frío como el hielo.
Cansado de la vastedad del existir
Exhausto de su nauseabundo...cáustico elixir
Comprendo con enajenación y sinsabor
las razones del autoflagelo devastador.
Cruel maquinación perpetua que retoca insesante
Así es el martillar del pensar para el quijotesco amante.
En un tiempo ajeno como un juglar perdido
bufonescos cánticos dedica al sueño querido.
En macabros y punzantes sonetos volátiles
Honra de su musa las inspiradoras curvas gráciles
Mientras en su patética marcha un mensaje resuena
Sin piedad aquello que ignoraba aún Truena:
Quienes brillan con la luz de su bondad...
Condenados están a sufrir su realidad
Pues la existencia es neutra y sencilla
Pero no es justa ni se amasa como arcilla.
Tiempo incierto de hiel amarga y mezquina,
que embriaga el alma con inevitabilidad mortecina...
--Gustavo Sierra Hernández--
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GuTs!
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