Iluso monigote en recuerdos olvidados,
hecho con patéticos retazos quebrados...
Inundado con la cáustica nada,
oprimido por la jovialidad pasada.
Sientes tu palpitar fuerte y mordaz,
irónico compás al ritmo de tu disfraz...
vil y vacío recicipiente de infinita maldad
paradójicamente sólo resguardas bondad.
Sigues círculos infinitos de dolor
corrupto en incesante desamor
Una herida bestia que sangra,
dragón que en su fuego morirá.
Mediocre poeta vago y obstinado...
¿cuántas veces te has cuestionado?
¿acaso osas anhelar tu propia ruindad?
¿eres un esclavo de tu infinita oscuridad?
Tu hálito es el de un ente inerte y nauseabundo
que prosigue en su inmundo reptar vagabundo.
Y tras la nívea caricia de la vigía nocturna
pasas las tinieblas como una sombra taciturna.
Te preguntas si tuviste la dicha de los ignorantes...
Para mecánicamente coleccionar tesoros hirientes.
Historias y fantasías perturbadoras,
tan inclementes como desoladoras...
Tejes cuentos de protagonistas desdibujados,
caricaturescos engendros macabramante imaginados...
bufones masoquistas que en sus horcas penden,
aprisionados en redes de desidia, amargura y desdén.
Rostros marcados por los múltiples horrores,
ocultos en sus maquillajes sonrien los sinsabores.
Prescindibles imágenes de tus propias tragedias,
rien a carcajadas al pintar tristes comedias.
En tu pensar se pintan innombrables terrores
alimentados con inconmensurables dolores,
fieras burlonas que rien hambrientas
preguntan por las historias que cuentas...
aquellas en las que te odias intensamente.
Aquellas en las que te masacras incesantemente.
En silencio cantas amargas desventuras
causadas por tu inconfundible manufactura:
Juguete usado en caprichos embrujadores,
Avatar de sueños improbables y cautivadores
Embelesado en formas que elucubran la mente.
Desahuciado y sordo niegas tu devenir inminente...
Como un pobre retrato del firmamento
Te destruyes preparado para el renacimiento,
Hábil arquitecto reimaginas tu rompecabezas
para dar nueva forma a tus desgastadas piezas.
En multiformes océanos de melancolía
consumido estás por la recurrente agonía
Y como un salvaje licántropo enjaulado
Aullas desesperado con tu dolor que dejas de lado.
Destrozado y obstinado resguardas tus dilemas
en líneas de artes ocultos y poemas.
Como un imán atraes tus problemas
Y aunque es más fácil odiar sólo amas.
Con una sonrisa y un guiño reapareces...
Terco y reacio te hieres pero permaneces.
Adolorido y cansado permaneces erguido,
sonriente observas al horizonte lánguido
y abres tus brazos para retar al universo
pues le invitas a enfrentarte en cada verso,
Sigues círculos infinitos de amor
pues abrazas tu incesante dolor
Una herida bestia que sangrará,
un dragón que su fuego lanzará.
Alzas los puños tras levemente descansar
Tus pensamientos te guian para batallar.
Venid a mi y golpeadme sin clemencia
¡Os reto pues me levantaré con insolencia!.
Mil veces podrán destrozarme
y otras mil volveré a levantarme.
Autor: Gustavo Sierra Hernández
--20171223--
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GuTs!
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